viernes, 12 de noviembre de 2010

¿El dedo o la luna?

Hay un dicho popular que reza: "cuando señalo a la luna con el dedo, sólo el idiota se queda mirando al dedo" (no quiero citar textualmente porque sería demasiado cruel para quien señala, que no soy yo obviamente, y no quiero insultar).
Y ya sé que es recurrente, que lo repito muchas veces, pero es que me desespera que algunos se crean de verdad que la gente -así, en genérico- es idiota.
Ya no hablo sólo de algunos malos políticos, no; hablo de más gente que les ríe las gracias, les azuza en sus huídas hacia adelante, les anima en el esperpento.
Ayer en el Parlamento de La Rioja los dos grupos de la oposición presentábamos sendas enmiendas a la totalidad a los presupuestos presentados y defendidos por el Gobierno del PP. Hasta aquí lo normal -aunque quiero recordar que hace dos años no presentamos dicha enmienda y ofrecimos un pacto de región en vista de la mala, malísima, situación económica de La Rioja. Ni caso, por supuesto- Pues bien, cuando unos parlamentarios en uso de su palabra, en uso de sus atribuciones como alternativa, señalan hacia la luna, señalan hacia los más de 22.000 desempleados que ya hay en La Rioja, a los 680 millones de euros de deuda, a los 70.000 riojanos que ya están por debajo del umbral de la pobreza, al recorte presupuestario en inversiones reales, en políticas asistenciales reales, y hacia el mantenimiento de todo lo que permite el despilfarro, el autobombo, la publicidad y propaganda... otros, los de siempre, el de siempre, saca el dedo a pasear y le pide a la gente -a la que considera idiota- que no mire la luna, que le miren el dedito.
Así, no se hablará de lo importante, de lo que ha llegado a ser La Rioja "gracias" al PP y a Pedro Sanz, de lo que han supuesto 16 años de engaños, de cartón piedra, de especulación, amiguismo, chanchullos y miedo; no, se hablará de lo que los Diputados y Diputadas gastamos en telefonía móvil, de si es mucho o es poco, por ejemplo.
Pues bien, a mi me gustaría decirles a todos los que voluntaria o involuntariamente se han quedado o se quedarán mirando el dedo apuntador, que como Diputado regional, que como político con dedicación exclusiva (una excepción en mi grupo parlamentario donde menos de la mitad de mis compañeros están ejerciendo de políticos a tiempo completo y se buscan la vida como pueden para atender a sus obligaciones parlamentarias) me encantaría pagar menos en telefonía móvil, por que eso significaría que no tendría que estar trabajando muchas veces hasta la media noche, que los fines de semana o fiestas de guardar los podría dedicar a la familia, a los amigos, a hacer deporte o a ir al cine, que mis vacaciones serían sagradas, que no tendría que atender a concejales, alcaldes, ciudadanos con problemas varios desde Estambul o desde Cádiz, que no tendría que estar colgado de esta nueva herramienta de esclavitud 24 horas al día... así que si por trabajar más, por dedicarle más horas y esfuerzos que a nada ni a nadie, si por creer en lo que hago tengo que aguantar a cuatro que me critiquen a mi o a otro compañero/a por estar todo el día atendiendo a un teléfono, pues que así sea. Que sigan mirando al dedo...

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