Primitivo, así como Chelo, su inseparable esposa y compañera de mil batallas, me han demostrado, desde el primer día en que nos presentaron, lo que es aplicar las ideas socialistas a su modo de vida, lo que es hacer las cosas con sentido común y equilibrio, lo que es solucionar problemas sin dejar a nadie apartado, sin que haya necesariamente un vencedor y un vencido, siempre con un horizonte mayor: el de la solidaridad, el de la justicia y el del socialismo que desde la margen izquierda del nervión había mamado hasta hacerse un nombre: Primi.
Mañana nos despediremos de tus restos mortales en Haro, pero desde ya nos ponemos en marcha para reivindicarte un lugar en la historia del socialismo riojano, como modelo de militancia, como socialista de verdad. Un abrazo y hasta siempre, amigo.
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