Cuando uno no tiene nada nuevo que aportar, o lo que dice no tiene trascendencia alguna, lo que hace es hablar mucho, mareando la perdiz. Y eso es lo que ayer hizo Pedro Sanz: marear la perdiz, reirse de su propio discurso (como si él tampoco se lo creyera) y lo de siempre, seguir buscando "La Rioja de la Excelencia" y culpar de todas nuestras desgracias al Gobierno de Zapatero.
Lo más vergonzoso fué que se atrevió a repetir el discurso de investidura de hace 14 meses, sin aportar nada nuevo para contrarrestar la crisis económica que desde entonces nos azota y sin destacar ninguna receta propia de nuestra CCAA. Las recetas que aplicará son las mismas de hace 15 meses y las mismas, o menos, que en otras CCAA.
Y digo yo: para este viaje no hacen falta alforjas, que venga Zapatero a gobernar La Rioja, ya que para Sanz, nuestra esperanza de futuro depende de que Zapatero cumpla con La Rioja (sic).
Lamentablemente para La Rioja, este barco va sin timonel, sin tripulación y sin rumbo. El mar, parecen decirnos, nos llevará a algún lado con el vaivén de las olas...
1 comentario:
Ahora queda que deis un paso adelante, propongais soluciones y de paso demostrar que vuestro proyecto es ganador, con ideas y fundamento y que sois una autentica alternativa de gobierno.
Del discursito del cacique, poco que decir; no ha aguantado más de 3 hojas sin que no me saliese un bostezo; así que tener que aguantar casi 3 horas, debe ser un suplicio.
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