Todos con Patxi, todos con el valor.

Ayer en el B.E.C. de barakaldo asistí al día de la rosa de los socialistas vascos. Fue, como siempre, emocionante y muy reconfortante. Allí, con más de 4000 compañeros y compañeras es donde te das cuenta donde estás y porqué estás. Allí se mama socialismo: se aclaran conceptos políticos despojando a la política de todas sus pequeñas y grandes miserias y se va al fondo de la cuestíon: Patxi lo dejó claro, "los socialistas podemos morir por nuestras ideas, pero por lo que estamos muriendo es por la libertad de la ciudadanía. Y esa libertad es lo que consideramos inalienable, irrenunciable, indisoluble de nuestra forma de ver la vida". Más claro, en mejor ambiente y con más ganas imposible.
Tanto Patxi como Zapatero estuvieron pletóricos: ideas claras, proyectos comunes, trabajo y militancia y valor, mucho valor. Allí estaba la hija de Isaías Carrasco; esa joven con piercing, hija de un obrero, que destrozada por la muerte de su padre, en la Plaza mayor de Arrasate-Mondragón, anunciaba a los asesinos de su padre que ella, profundamente socialista, tomaba el testigo dejado entre sangre de su padre. Anunciaba su deseo de militancia activa por la libertad de la ciudadanía vasca y española. Anunciaba que se sentía socialista y que eso le impedía mirar hacia otro lado.
¡Que cosas más sencillas y humildes, pero que carga de profundidad para los que no creen en la política o creen que es otra cosa!
Y por cierto, eché de menos en el viaje y en el acto con los compañeros de Euskadi a todos/as compañeros/as que piden debates ideológicos (sic) en torno a los próximos congresos... algunos/as podrían haber visto, en directo, lo que es el PSOE que ellos/as pretenden cambiar. Yo, de lo que vi ayer no cambio ni una coma. Eso es socialismo, lo otro es toreo de salón.