Menos ETA, más libertad.

Celebro la gran noticia que ha supuesto la detención, la noche del martes, de la cúpula de ETA en Burdeos. Una acción que demuestra la eficacia de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y el excelente resultado de la colaboración con Francia en la lucha común contra el terror, que hay que agradecer expresamente.
Sin duda se trata de un muy duro golpe a la banda asesina y seguro que no serán las últimas detenciones ya que éstas representan un ovillo del que tirar hasta deshacer el negocio del crimen que tienen montado unos cuantos desalmados a costa del supuesto yugo del estado español a Euskadi. ETA perdió su último tren para una salida negociada a la violencia en la Legislatura pasada y saben que todos caerán e irán a la cárcel, porque el estado de Derecho es más fuerte y tiene instrumentos para combatir eficazmente al terrorismo y, sobre todo, porque moralmente hace años que hemos ganado la batalla, pese a la sangre que se sigue vertiendo.
ETA sigue teniendo capacidad de hacer daño todavía, por lo que debemos seguir aguantando, ya que, aunque estamos cerca de su fin este no es el último eslabón de la cadena y no podemos bajar la guardia. Un loco con una pistola es suficiente para desatar de nuevo el drama.
Igualmente, los socialistas saludamos la disposición del PP a “cooperar lealmente con el Gobierno de España” en materia de lucha contra el terrorismo, así como a participar en el refuerzo de la unidad de todos... pero esto no quita nuestra sospecha sobre sus intenciones reales, porque no olvidamos la sinrazón del PP durante legislatura anterior, donde llegaron hasta la indecencia más absoluta con su falta de escrúpulos a la hora de utilizar de modo vergonzante el terrorismo de ETA para zahaerir y desgastar fraudulentamente al gobierno de Zapatero.

Porque muchos somos los socialistas que entonces nos sentimos humillados, dolidos, cabreados al oir sandeces y mentiras en boca de todos los dirigentes del PP, nacionales, regionales y locales, en esa espiral de mentira y manipulación que tensó tanto las relaciones entre ciudadanos de una y otra ideología, tanto que daba asco intentar razonar con quien te insultaba sin atender a razones.

Por eso, el supuesto apoyo de Rajoy y del PP tiene el valor que tiene, ya que sólo el tiempo dirá si sus intenciones son sinceras o si, por el contrario, cuanto toque de nuevo el silbato de los insultos, la mentira y la manipulación el señor Aznar y su cohorte de filibusteros, el señor rajoy y su entorno volverán a la ignominiá más absoluta.

Espero poder tragarme mis sospechas y tener que reconocer que esta vez fueron leales con España y con su ciudadanía, pero como Santo Tomás: ver para creer.