2011: con determinación y firmes convicciones.

No queda otra. En momentos difíciles es tiempo de liderazgos fuertes, de ideas y objetivos claros y de determinación en hacer lo necesario. Punto.
En estas situaciones es cuando más necesaria es la pedagogía, el estar todo el tiempo necesario, y más aún, explicando las políticas llevadas a cabo hasta que cualquier ciudadano con alguna duda despeje dicha duda.
No son tiempos de intentar convencer en que si una medida es mejor o peor: es tiempo de convencer de que esas medidas son las mejores para nuestro futuro y el de la futuras generaciones. Que la medidas que está tomando el Gobierno Socialista de José Luís Rodríguez Zapatero son tan progresistas o más que las tomadas en años anteriores, y que son los sólidos pilares para que nuestros derechos, nuestras conquistas sociales, nuestras convicciones no zozobren como algunos están empeñados a base de presiones, acosos financieros, titulares y editoriales tendenciosos e interesados o encuestas torticeras.La vuelta de la derecha al gobierno no es solución de NADA.
Yo animo a todo aquel socialista que se honre de serlo, a todo el que no crea en la contemplación y el ¡qué chorra más da! como método para seguir transformando a mejor nuestra sociedad, a que se arremangue, tome el toro por los cuernos y dedique todo el tiempo de que disponga a explicarle a la ciudadanía que las medidas que se están tomando son NECESARIAS no para equilibrar las cuentas públicas, sino para asegurar las políticas sociales públicas en un horizonte no tan lejano, ahuyentando de ellas los colmillos de especuladores y mercachifles que ya han descubierto un nuevo nicho de enriquecimiento a costa de todos nosotros. Nos jugamos mucho como para doblar ahora la cerviz.
Estos son mis votos para el 2011; e intentaré convencer, con argumentos, con datos y cifras, y poniendo la cara, de frente,a cuantos ciudadanos me interpelen, de que este país es un gran país cuando al timón hay un socialista con convicción y con determinación, que le cueste lo que le cueste personalmente está dispuesto a que sigamos siendo un gran país más justo, solidario y sostenible.
Y esto, estimados lectores, no se puede castigar en la urnas porque es la máxima expresión de desprendiemiento personal, de honradez política y de patriotismo, que es lo básico que exigimos a nuestros representantes, ¿o no?