El lema es de una genial campaña de una marca de muebles y complementos -de origen sueco- en la que, con el fin de vendernos la "moto", refuerza los valores propios de nuestra "raza" latina, alude a la solidaridad que comparten como valor ineludible muchos jóvenes -target principal al que va dirigida la campaña- y los enmarca en la situación de crisis global en que no importa tanto la calidad o el lucimiento como el poseer un mínimo con el que vivir medianamente bien: jóvenes, mayores, crisis que afecta a casi todos, familia, grupo de amigos e hijos... geniales, como siempre geniales.
Y este ejemplo que lo que quiere significar es que en tiempos de crisis, si nos apretamos el cinturón, si nos dejamos de boberías, de apariencias, de gastos supérfluos, amueblando nuestro pisito con muebles de esta marca sueca, que son baratos, ecológicos, sostenibles, resistentes y fáciles de mantener, pero más sencillos que el mecanismo de un chupete, podemos ser solidarios con nuestra familia -rasgo latino-, con nuestros amigos y amigas acogiéndoles temporalmente en nuestro hogar si se ven en apuros, haciéndoles formar parte de él, o podemos darles a nuestros hijos una educación en valores más ecológica, más solidaria, más participativa dado que estos muebles son sólidos, sencillos, resistentes, se pueden "usar" sin temor a que se estropeen, porque son baratos... donde caben dos, caben tres.
Pues eso: el ejemplo me viene al pelo por la discusión-debate surgida en torno a la propuesta del Gobierno de, entre otras cosas, alargar la fecha de nuestra jubiliación -de la mía, no de la de mis padres, ni abuelos- hasta los sesenta y siete años...
Es una propuesta para el debate y el acuerdo. No es un Decreto Ley, como el PP -cuales pirañas- intentan hacer creer a nuestros jóvenes y mayores.
Y la mejor explicación de por qué debemos empezar a hablar de ello y no esperar diez o quince años para empezar a hacerlo, es por un ejemplo que me puso este fin de semana en Madrid, saliendo del Comité Federal del PSOE, Kiko Martínez-Aldama, el Secretario Genreral en La Rioja: decía, "en los años 80 del siglo pasado, los socialistas construimos un sólido edificio de ocho plantas para ocho millones de personas, el sistema universal de pensiones -un ejemplo y un modelo para el resto del mundo, y que hoy tiene un fondo de reserva de más de 60.000 millones de euros de superávit, cuatro veces más de lo que nos dejó Aznar en 2004-. Pero hoy, ese mismo edificio de ocho plantas, va camino de albergar 14 millones de personas, de jubilados y jubiladas españoles, porque vivimos más y mejor, y nuestra vejez ya no es de 10 años o menos, si no de 25 años o más después de nuestra jubilación. Y en 20 años habrá aún más inquilinos en ese edificio, pero las ocho plantas ya no aguantarán el peso de esos más de 15 millones de pensionistas y es hora de plantearse la ampliación del edificio: hay que construir unos pocos pisos más para que los inquilinos estén más cómodos y más seguros en el edificio público de nuestro sistema de pensiones". Así de sencillo, pura lógica.
De esto hay que debatir y sobre esto hay que acordar: en el Pacto de Toledo, en el Parlamento, y con los Agentes Sociales...
Y como nadie iba a poner el tema sobre la mesa, lo ha hecho -como es su obligación- el Gobierno de España. Hay pensiones públicas para rato, no hay problemas de financiación para los próximos 25 años, pero algunos, entre los que me incluyo, queremos no sólo poder cobrar nuestras pensiones de un sistema público al que cotizamos -el único garantizado de verdad- si no que mis hijos, que aún no tengo, también puedan disfrutarlo cuando se jubilen en 2080.
Empecemos a reformar el edificio, pero para apuntalarlo sólidamente, no para acabar con él...
¿Y el PP?, pues como siempre: no sabe, no contesta y sólo engaña e insulta. Vaya alternativa...
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