Es cuestión de valores.

Cuando las situaciones son límites es cuando aparecen claramente definidas las dos concepciones de la vida: la solidaria y la egoista. Es cuando mejor se diferencian los valores de la izquierda y los de la derecha.
Ayer escuchaba en Logroño una conversación de cafetería entre dos señoras y sus respectivos, sentados a mi espalda y evidenciando la alegría lenguaraz de una comida bien regada de alcohol. El tema de conversación era la desgracia de Haití y las consecuencias, terribles e inenarrables, y los cuatro asentían las afirmaciones de una de las señoras. Señoras de 60 o más, con sus relucientes y ostentosas joyacas, sus visones ful de Estambul y su obscena puesta en escena de burguesía provinciana iletrada que desea proyectar una imagen de lo que jamás llegarán a ser por mucho dinero que tengan -que de esos, por aquí, hay muchos y muchas-.
Las afirmaciones eran de tal pelo: " que qué pena lo de los muertos y eso -sic- pero que problemas hay en todos los sitios. Que España está como para ayudar a nadie. Que Zapatero, menos prometer para los negritos y más preocuparse por los 5 millones de parados que hay en España -o más, o más, le azuzaba uno de los señores-. Que a esos países les pasa eso porque son tercermundistas y corruptos -por no decir lleno de negros...- y que es normal que se mueran así, que no se puede evitar y que nosotros para qué nos metemos en eso..." Y así, toda una sarta de estupideces analfabetas y clasistas que a mi y a mis acompañantes nos estaban poniendo del hígado. Sólo la buena educación -pública- nos impidió darnos la vuelta y cagarnos en sus muertos y en los de sus visones. Nos fuimos enrabietados por la "sensibilidad" de esos legos logroñeses y de sus "valores cristianos", esos que tanto defienden los medios de comunicación que les adoctrinan diariamente.
Y enlazo con el primer párrafo del post: aquí es donde uno se reafirma en sus ideales y en sus valores, porque lo que pasa en Haití, en Somalia, en Etiopía o en Logroño, sí que es de nuestra incumbencia; y lo que decidamos hacer por intentar darle solución a problemas de verdad si que es cuestión de valores morales y éticos de nuestra sociedad. Y en esos momentos críticos es cuando se tiene que notar que mientras unos están ocupados en deleitarse con las encuestas, en intentar tapar sus corruptas miserias y en suscitar estúpidos debates en torno a calendarios o cacas de perros, los que nos movemos por valores sociales de solidaridad debemos estar a lo que importa: a ayudar a esta gente como sea. Tu mismo, tu misma.

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