Totana. ¡Ay, Totana!. Y otro más. Y van... ya no lo pueden negar -aunque nadie lo diría escuchando a Rajoy que no sabe nada, a Zaplana que dice que le pregunten a Rubalcaba o a Acebes que dice que la culpa es de Zapatero, que los socialistas hemos roto España y hemos vendido Navarra a ETA-.
En el PP, en sus municipios, entre sus Alcaldes y Concejales, entre algunos de sus Diputados anida la corrupción urbanística. Ya no lo pueden negar por más tiempo.
En el fondo es hasta normal, y me explico. En general en la derecha española, que no en otras más civilizadas y democráticas, lo de los escrúpulos no es un hecho muy extendido; lo de hacerse rico de repente, a pelotazos, con chanchullos y amigos, no es deleznable o sospechoso, si no fruto de ingenio, iniciativa y "cojonismo" -ya sabéis, de tener "dos cojones"-; lo del interclasismo y la sociedad estructurada no va con ellos porque "si no hay pobres ¿como se va a dar cuenta nadie de que uno es rico?"; lo de fardar, aparentar, gastar en lo supérfluo, lo de los palcos VIPS en los estadios de fútbol, los safaris en Kenia, lo de salir en el "Hola" o el yate junto al "Fortuna" en Mallorca es el sueño de todos estos "representantes populares" elegidos democráticamente, y para ello hay que progresar rápidamente, subir el escalón social necesario y vivir de rentas el resto de la vida.
Por esto, digo, que es normal que en el PP anide la corrupción: porque no lo censuran moralmente, porque sus objetivo son socio-económicos y no políticos o públicos y porque ser de derechas, como decía Ansar, es no tener complejos. Y a la hora de meter la mano en el saco, tampoco.
SINCERAMENTE, ¿cómo es posible que a esta banda aún les voten más de nueve millones y medios de españolitos?. Acojonante.