Agoreros del desastre universal.

Hoy nos ha deleitado con su prosa florida -florida de espinas de cardo- el gurú económico del PP. No, ese no -Rato-. NO, ese otro tampoco -Pizarro-. Que no, ni siquiera ese del tocino -Cañete-. Ese hombrecillo triste, con gafas infantiles de colorines que siempre ha sido tercer o cuarto plato en el PP, si hombre, ese tal Montoro, el del Apocalipsis según San Rajuá.

He escuchado su homilía en una radio, durante dos minutillos exactamente, con el silencio alucinado del locutor -un hombre habitualmente prudente y poco emocional en antena- y ha sido para no echar ni gota, oiga. Nos ha augurado las siete plagas bíblicas por culpa deZapatero, nos ha restregado sus eslóganes facilones de reforma del sistema bancario español -¿cual?-, sus reformas estructurales del mercado laboral -¿cuales?-, su milagro económico en caso de que se adelanten las elecciones tras las europeas -¿qué?-, lo malo que es el PSOE que es el culpable del último millón de desempleados en españa -¿y de los cuatro millones de empleos de la última legislatura?- y lo que se pierden los españoles por no haber puesto a Rajuá de Presidente y a él -¿a él?- de algo al lado porque ellos tienen la solución al desempleo, a la crisis económica, al calentamiento global -¡Ah no, que en eso no creen!- y hasta al virus de la gripe A.

Resumiendo: ha sido lamentavble como un Diputado que ha estado en un Gobierno de España puede ser tan demagogo, mentiroso y manipulador como ha sido este señor esta mañana en Logroño. Patético hasta lo que parece.

Por cierto: venía a hacer campaña por las elecciones europeas, pero eso, queridos niños, es otra historia...