Basta ya.

Para mi la gran prueba de fuego para Barack Obama a partir del 20 de enero, cuando ya sea Presidente de los USA, será una: poner freno a las constantes agresiones de Israel a Palestina y lograr -no ya intentar, si no lograr- la paz en Oriente Medio.
Esta zona es una fábrica de odio y de fanatismo. Por lo que aquí sucede son cada vez más numerosas las personas desesperadas o fanáticas que se ofrecen como los yihadistas para morir con una bomba en una mochila o atada a la cintura... y esto hay que pararlo ya.
Obama puede, pero ¿querrá o le dejarán los lobbies judíos, mayoritariamente sionistas, de su país?

Y por otro lado está la Liga Árabe. No es posible que los indocumentados más fanáticos y la hipocresía del régimen Alauita de Arabia Saudí, entre otros, sean la voz cantante del mundo musulman: no puede ser que Hammás o cualquier otra facción palestina radical use a la población civil de rehén y de escudo humano ante la agresión intolerable y desproporcionada de Israel. No puede ser que cada vez que hay una oportunidad de paz y de democracia se dediquen a destrozarla con misiles de fabricación casera, con intifadas o con asesinatos y secuestros.
¡Basta ya de hipocresía!, que la U.E. corte sus relaciones diplomáticas y comerciales con ambos bandos, que denuncie ante la inoperante ONU a ambos bandos, que exija el cese inmediato de los bombardeos, que pida el Estado Palestino y el desarme de las milicias, que reconozca fronteras, que denuncie a Israel como estado agresor y le cierre el grifo... que haga algo si los USA no lo hacen. Que demuestre que pintamos algo.
Que alguien tome decisiones ahora, porque esto puede ser el detonante de algo mucho más incontrolable y mortífero: la guerra de los desesperados del mundo.
Y esa guerra no va a ser en Palestina: va a ser en nuestra casa, aquí, en occidente.